Fuera de mi cabeza!!

Antes de empezar a escribir, he de confesar que he «tocado madera» un par de veces porque Lucía y Alba nunca han tenido piojos. No soy supersticiosa… pero por si acaso. Y este es el motivo por el que he decidido tratar este tema, por si las precauciones que yo pongo puden ayudaros. A lo largo del curso y de manera preventiva, lo único que hago es rociar el pelo de mis hijas con una colonia repelente y lavo sus cabezas una vez si y otra no con un champú específico para mantener alejados a éstos molestos bichitos.

 

Pero desde que las dos van al cole raro es el mes que no llega a nuestra casa una notita avisando de que en alguna de las clases hay pediculosis. Entonces empiezo a utilizar a diario el champú repelente y sustituyo la colonia por un par de gotitas detrás de las orejas de aceite esencial del árbol del té. Además de revisar a diario sus cabecitas y peinarlas con una liendrera. Si ya tienes el aceite esencial puedes echar unas gotas en el champú que uses habitualmente con tus peques, en lugar de comprar uno específico.

Y por si todo esto falla algún día, habrá que usar un tratamiento específico para combatir a los piojos y armarse de paciencia hasta acabar con todos. Yo solamente he tenido una vez, en la adolescencia, y recuerdo pasarme horas y horas con el peinecito para eliminar todas las liendres. Pero ahora existen unos cepillos que dan pequeñas descargas si se encuentran algún bichito, que por lo visto son muy eficaces. Y para quien lo prefiera también existen centros específicos donde llevar a los peques a que se los quiten.

• Embarazo y maternidad